“A Mi Bella Hija Trigueña.”

 

De pequeña de veía de lejos y la sangra me llamaba.

Loco para darte un abrazo.

Tan cerca que estaba, pero tan lejos de mi.

Que lucha tuve con mi corazón.

Cosas de hombres, un instinto dado, pero me fue negado.

 

Pensé, tan mal estoy, quizás mi corazón me han engañado.

Vencido me quede y trate de poner estos sentimientos en el olvido,

trate de ponerlos en el pasado.

Dos veces pregunte a tu madre si tú eras mí hija, dos veces negado.

Me di por vencido.

Pero mi corazón tenía razón.

El tiempo dio la razón a mi corazón.

Mi corazón no me engaño.

 

Pasarnos los años y sin quiere, te vi de nuevo.

Ya hecho toda una mujer, ni te conocía, ya no eras esa pequeña niña.

Pero siempre la sangre me llamo y me cerque a tu belleza un poco confundido y con una sonrisa me dijiste que yo era tu padre.

Confundido y asombrado me quede.

Me quede pensando en limbo sobre mi pasado.

 

Ahora eras una bella mujer ya casada.

Que triste me siento que nunca tu tuve en mi brazos.

Bella y inteligente de humilde corazón.

Maestra de Profesión.

 

Y ahora no se que hacer.

Perdido y confundido me siento.

 La vida me ha engañado.

Y ahora no se como pedirte perdón.

 ¿Como se pude pedir perdón, por tener tan poca valentía y no dejar llevar por los sentimientos de mi corazón?

 

Quizás algún día te veré de nuevo mi bella hija trigueña.

Y quizás algún día podré darte una abrazo de mas profundo de mi corazón.

Perdóname, de lo más profundo de mí ser.

Tan triste y confundido me siento.

Pienso en ti todos los días con este triste corazón que tenia mucha razón.

 

  Por: Eddie Ferrer Velez.

1/26/2008